3 de julio de 2017

Una promesa, un reto... bajo el árbol de la música



A mis 77 años escucho conversaciones, asisto a discusiones, que me dejan descolocado.

Inevitablemente miro hacia mi pasado y veo muchas cosas buenas, aunque los más jóvenes puedan ponerlo en duda. Porque en verdad he vivido tiempos difíciles para muchos. Con todo, sin perder la perspectiva (a mi edad se tiene eso, perspectiva) creo que hay cosas que recibí de mis mayores que fueron un regalo para mi vida, que no he querido que se perdieran mis hijos, y que procuro transmitir a mis nietos. Se trata de cosas sencillas de nuestra vida en familia, muchas están recogidas en aquellos diarios de infancia bajo el árbol de la música. Me traigo de mi página de Facebook el primer vídeo que hizo Georgina cuando nos conocimos y empezó a ilustrarlos. Pero, seguro que quien lea estas líneas tiene sus propios buenos recuerdos de infancia, en tiempos tan diferentes a los de hoy.



Mi pasado en esos recuerdos se convierte, en cierto modo, en mi presente cuando “actualizo” los medios en que traslado lo que es más importante para mí a aquellos que vienen tras de mí. Como a Georgina, a mí me importa más el mensaje que los medios. No niego que me gustan especialmente los libros, los discos, una buena función de teatro y los conciertos en vivo. Pero entiendo que quienes están trabajando o creciendo ya en la era digital no sólo opinan de otro modo sino que piensan diferente, porque escuchan y viven de otro modo. Y todo esto afecta también a la música, que ya no se vive como antes. Por eso, cuando en su despedida mi prima Carmen me dejó el encargo de salvar “nuestro mundo bajo el árbol de la música”, me dejó una tarea que jamás imaginé tan difícil. Con la ayuda de Georgina, J.M. y sobre todo mis nietos espero poder cumplir mi promesa, que me tomo como un reto, o mejor, como mi última aventura.



Porque tengo la gran suerte mis nietos me ayudan a mirar hacia el futuro con confianza. Por ellos miro hacia adelante con ilusión, y confieso que con un poco de envidia... No sé cuánto tiempo podré acompañarles en este mundo, pero sea el que sea, espero poder seguir compartiendo muchas experiencias juntos. En especial Martha y Max Jr. han prometido ayudarnos (a mí y a “Georgy” como mis nietos llaman a Georgina en casa) a cumplir el encargo de Carmen. Martha está muy metida en temas de VR (Virtual Reality / Realidad Virtual) y me va poniendo al día de los avances tecnológicos, y Max combina sus estudios de cello con comunicación audiovisual... A mí me sorprendió que, siendo gemelos, eligieran para sus estudios universitarios caminos tan diferentes, aunque hace unos días este vídeo me dió una nueva perspectiva... Su futuro laboral está en el aire, y el reencuentro entre tecnología y humanidades es más que probable.


Este Blog, que iniciamos hace ya un par de años por empeño de mi querida Georgina, hoy tiene más sentido que nunca. Éste ha sido desde un principio un espacio para la reflexión sobre música en la educación, y con el nuevo curso iniciaremos una etapa nueva compartiendo conversaciones y experiencias en tiempo real, pero sobre todo, mirando hacia el futuro.

Este mes de julio voy a viajar a Europa con mis nietos, y pasaremos unos días con Georgina en Francia, con unos sobrinos muy queridos... todo ello forma parte de esta aventura en la que nos metió Camen. A la vuelta, os pondré al corriente de todo... De hehco lo que más me gustaría es que pudiérais acompañarnos.

Un abrazo y ¡hasta la vista!

Max




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